Hoy, la corrupción puede ser mucho más sutil, lo que hace más difícil a las y los empleados reconocerla. Sin embargo, frente a la duda es mejor consultar ya sea al jefe inmediato o al oficial de cumplimiento, si identificamos actuaciones que nos parecen sospechosas o inusuales es nuestra responsabilidad darlas a conocer y no ser cómplices de la situación. Las compañías deben garantizar que frente a los hechos denunciados la información será tratada confidencialmente y que el empleado, siempre y cuando haya denunciado de buena fe y sin mala intención, no sufrirá ninguna retaliación.